Lo Que Detiene Tu Bendición

Antes de seguir leyendo, si tienes el tiempo, te invito a que leas en tu Biblia la historia de Caín y Abel.

Esta historia refleja las maneras de dos hermanos muy diferentes, podemos ver que Abel era un hombre que amaba al Señor genuinamente y Caín no del todo, cuando hacen sus ofrendas, la de Caín no fue de todo corazón, fue una ofrenda descuidada y a última hora, en cambio, Abel trajo lo mejor de lo mejor para el Señor.


“Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda” (Génesis 4:4 NVI)

Quiero hablarte de cómo nuestra actitud para con Dios puede afectar nuestra relación con El y por ende, cegarnos a ver las bendiciones que nos da.

Primero que nada, debemos de entender que importa mucho la actitud y la postura de tu corazón para ver las bendiciones de Dios fluir, ojo, recuerda que Su palabra nos dice que El nos muestra su bondad por quién es El y no por lo que nosotros podamos hacer pero Dios sabe si tus acciones y oraciones son resultado de tu amor genuino por Dios o si realmente le estas dando las puras sobras de tu vida.

Cerramos las bendiciones porque dejamos a Dios al último y le damos un amor que realmente no es genuino y a continuación hablaremos de puntos claves para revisar el estado de nuestro corazón.

Le cierras la puerta a las bendiciones cuando:

1.Te enojas porque las cosas no se dan en el tiempo que quieres

Los planes de Dios son mil veces mejores que los nuestros, lo mejor que nos puede suceder es que se hagan las cosas cuando El lo manda. Dios tiene absolutamente toda la perspectiva, El es un Dios omnipotente y omnipresente, es decir, que sabe lo que esta pasando en todo tiempo y sabe lo que vendrá, así que no te decepciones cuando el Señor no hace las cosas como tú dices, recuerda que Su voluntad es mejor y mayor que la nuestra.

2. Cuando le entregas tu vida a Dios a medias

Dios sabe mejor que nadie si hay algo en nosotros que todavía se continúa aferrando a las cosas del mundo. La Biblia dice que seamos fríos o calientes, pero nunca tibios, porque Dios aborrece la tibieza. Lo mejor que podemos hacer es poco a poco entregarle una parte de nuestra vida al Señor, puede ser que todavía no puedas soltar un aspecto de ella, pero lo importante es ser genuinos con Dios y decirle: “Señor todavía no se cómo soltar este aspecto de mi vida, ayúdame a hacerlo”.


Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.” (Apocalipsis 3:16 NVI)

3. Cuando tu corazón no es genuino

Muchas veces le pedimos una bendición específica al Señor y le prometemos algo a cambio. Dios conoce tu corazón y tus deseos, no tratemos de engañarlo de cierta manera para poder recibir algo a cambio. Lo que Dios nos da es por Su Gracia y no por nuestras obras.


“Y, si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia.” (Romanos 11:6 NVI)

Recuerda que tu relación con Dios debe de ser genuina y vulnerable, Dios no espera que nosotros le podamos dar el amor que se merece y mucho menos sin errores ni faltas. Nuestro Dios es bueno por su naturaleza de amor y bondad y se merece recibir todas las cosas buenas en nosotros. No desconfíes de Dios y sobre todo, no lo veas como una herramienta para recibir sino que con entendimiento, cuando recibamos, reconozcamos Su Gloria y bondad!